¿No tenéis la sensación de que, no importa el tipo de seguros de coche que contratemos, todos los seguros son iguales? Esa es posiblemente la sensación que tenemos todos cuando no hemos necesitado nunca que la compañía se haga cargo de una avería o un accidente grave. Es solo entonces cuando uno puede tener la sensación de haber acertado o no a la hora de asegurar el coche.
Como la mayoría de nosotros esperamos no tener que utilizar nunca el seguro de nuestro coche para que se atiendan asuntos graves, o al menos eso queremos, nos conformamos con mirar los precios de las pólizas de seguros de coche sin pararnos a revisar las coberturas que forman parte de los servicios prestados a nuestro coche.
No analizar las cosas que se incluyen y las que no pueden suponer que al final el seguro que pensábamos que era el más económico acabe por salirnos caro, puesto que además de pagar el coste de la póliza acabaremos por tener que pagar una reparación al estar excluida de las coberturas del seguro.
Esto, que puede parecer tan exagerado, es uno de los principales problemas a los que se enfrenta el conductor que no ha querido prestar atención a la letra pequeña y se ha fijado únicamente en el cuadro del recibo en el que aparece el precio.